Por J.Conesa
La situación de estado de alarma ha evidenciado muchas cosas, entre ellas una que no es motivo de titulares de prensa, pero que si que afecta la vida cotidiana en nuestros pueblos y ciudades. La seguridad local anda escasa de efectivos.
Durante estas fechas tan tristes, la necesidad de personal no es que haya aumentado, es que ha puesto en evidencia la falta de agentes que venimos arrastrando desde hace años como consecuencia de las tasas de reposición y la imposibilidad impuesta a los ayuntamientos de hacer frente a sus necesidades aun teniendo dinero para ello.
Y se ha producido un fenómeno curioso. La demanda de nombramientos de policías interinos (que solo lo pueden ser con vacante existente y dotación presupuestaria) ha puesto sobre la mesa la existencia de un importante número de plazas a cubrir que no han sido objeto todos estos últimos años de Oferta de Empleo Público.
En este contesto, los ayuntamientos han agotado las bolsas de empleo temporal para nombramiento de agentes interinos. Han tenido que recurrir a las bolsas de otros ayuntamientos por acuerdos interadministrativos, en ocasiones sin ningún control y dada la situación, sin garantías de que no se cometieran arbitrariedades.
En estas circunstancias, a no nos han dejado, o no hemos podido llegar a todo y fiscalizar los procedimientos en bien del colectivo.
Desde CCOO, y también desde UGT se ha instado a la Consellera a aprovechar esta oportunidad para centralizar la oferta de una bolsa de empleo que satisfaga las necesidades temporales y evite la dispersión existente, generadora de un gasto económico innecesarios para los ayuntamientos.
Una bolsa que no requeriría de procedimientos costosos y complicados dada la situación. En la que, garantizando la transparencia y la pública concurrencia, y por vía telemática, podría confeccionarse la misma en base al baremo de méritos que está normalizado en la legislación en vigor.
Más de un mes y seguimos sin respuestas.
En este contexto y dada las necesidades existentes, los ayuntamientos se han lanzado de nuevo a la convocatoria de bolsas de trabajo específicas en cada municipio. Un derroche de esfuerzos y de dinero. Un problema para los cientos de personas jóvenes que aspiran a trabajar de policía local y sobre todo para aquellas que tienen un bagaje importante ya acumulado y que en estos momento están en paro, en ocasiones con dificultades, y que esperan esa nueva oportunidad.
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